lunes, 13 de octubre de 2014
El inicio del nivel superior
Me sucede todos los años, la incertidumbre respecto de cómo dar inicio al ciclo lectivo, cómo presentar el Taller de Oralidad, Lectura y Escritura, qué decir para que los alumnos de primer año de un profesorado puedan empezar de a poquito a captar la esencia de la formación docente, y a la vez, hacer del espacio pedagógico un espacio de bienestar. Desde nuestro espacio la presencia de un texto nos auxilia siempre, por eso, acudí, una vez más, a esta valiosa herramienta didáctica.
Y así, con más dudas que certezas, me presenté el primer día con un fragmento de “Mi planta de naranja lima”, en primer año del Profesorado de Artes en Música. En primer lugar observamos el título, el autor, el título del capítulo, quienes no conocían la obra elaboraron una hipótesis; les pregunté para qué leíamos. Luego realizamos la lectura del texto y posteriormente una interacción; aparecieron en esta instancia recuerdos, sonrisas, inquietudes, opiniones, dudas, preguntas, respuestas. Percibí también cierta emoción en algunos rostros. Y al final, una propuesta de escritura y una conclusión oral respecto de todas las posibilidades que nos brindaba la lectura, que no se trataba solo de leer.
Siguieron en clases sucesivas otros textos, un relato autobiográfico de un maestro rural formoseño, una entrevista a una docente de nivel superior sobre la lectura y la escritura y un texto explicativo, “La historia cultural de la lectura”. En cada caso reflexionábamos sobre las operaciones que realizábamos, en muchos casos coincidían y en otros no, ahí fuimos descubriendo particularidades de cada género, analizábamos los objetivos de quienes escribían, el predominio de lo objetivo o lo subjetivo, el estilo, el vocabulario, la trama textual, la ubicación en un contexto que podía a veces llegar a ser determinante, la necesidad de subrayar o hacer anotaciones. Y cuando reconocimos todo lo que hacíamos mientras leíamos, pudimos concebir la lectura como un proceso, no como una actividad mecánica, con varias etapas que transitábamos en cada texto, y con operaciones concretas tales como observar, imaginar, suponer, comparar, interpretar, seleccionar, indiqué que se trataba de “operaciones del pensamiento”, u “operaciones cognitivas”. Les expliqué que leer era una actividad compleja que involucraba diversas operaciones mentales, asociadas la mayoría con procesos intelectuales superiores. Por último, les hablé de la importancia de reflexionar sobre todo lo que realizábamos durante el proceso de lectura, principalmente para establecer con qué estrategias nos podríamos manejar en el momento en que surgieran obstáculos en la comprensión. Pudieron ellos comprobar que habían partido de sus propias prácticas de lectura para posteriormente llegar a los conceptos teóricos, y que estos, indefectiblemente, se vinculaban; que la teoría sin la práctica no tenía razón de ser.
Siempre me ha generado dudas e incertidumbres el inicio, y si bien en otras oportunidades he trabajado de manera similar, este año me pareció mucho más significativa la tarea, por eso la decisión de compartirla.
martes, 7 de octubre de 2014
Comunicación...
sólo Voces como Ecos...
hace mucho tiempo escucho voces y ni una palabra...
dice la letra de una canción...
Lo percibo en tu mirada...estudiante que estás allí... sentado... y vienes cada día, a la escuela, a tu aula...
Percibo que esperas... lo veo en el reflejo de tu mirada... percibo que quieres escuchar palabras...
Palabras que te interesen... palabras que te animen... palabras que hagan sonreír y te den esperanza...
Motivación... Empatía... Transformación...
Aprender enseñando...
Enseñar aprendiendo
¿Qué puedo darte pequeño gran sabio de 13 años...? ¿Podemos, podremos, divertirnos? ¿Podrá ese espacio serte útil para lo que necesitas? ¿Podremos apropiarnos del pizarrón, vos y yo? Sí podemos... podemos si la "Seño" genera el espacio, el ambiente ¡Cuánto por hacer!
¡Qué bueno! ¡Cuánto por hacer!...
María Laura Guidolin
|
Ubicación:
Argentina
miércoles, 1 de octubre de 2014
Un verano diferente sumando teclas.
La pelea fue a la salida de la clase de música… ni recuerdo por qué discutían esos chicos de
sexto, pero en un segundo el pulgar de mi mano se desgarraba intentando detener
un puño que surcaba el espacio buscando un rostro. Pasada la sorpresa no me di
cuenta del daño, hasta que empezó a latir el pobre dedo y al rato perdió su
forma hasta parecer un extraño chorizo colorado. Los primeros días solo calmantes,
pero una ecografía mostró que los ligamentos peligraban y hubo que operar.
¿Casualidad o causalidad que esto sucediera a pocos días de haber comenzado mis
estudios universitarios de piano? Con la mano izquierda enyesada por meses, no
me quedó otra opción que buscar alguna actividad que aliviara mi frustración y
a la vez me hiciera sentir útil a pesar de no poder dar clases.
Entonces me hice cargo del negocio familiar, un
pequeño cyber de barrio que ofrecía servicios de internet y juegos online,
variando la clientela entre jóvenes y niños durante el día y adultos por la
noche. Me consolaba pensando que solo cambiaba de teclas e imaginaba que las
letras seguían siendo notas…A para el LA, B para el SI…el espacio era silencio
y los signos claves y corcheas. El clic del mouse ayudaba con el tempo y
también ahuyentaba los fantasmas de no volver al piano.
Así descubrí el mundo de la tecnología que tan
atrapados tenía a los miembros de mi familia. Mi esposo, técnico de PC, vivía entre
cables, discos rígidos y placas que no sonaban. Mi hijo mayor lo seguía y
parecían comunicarse en un lenguaje que yo no comprendía. Con un poco de celos no
paré de insistirles hasta que me enseñaron lo necesario para que yo pudiera sumarme.
Llegaron las vacaciones y los chicos del barrio, muchos
alumnos míos que se mostraban felices de encontrarme nuevamente. Las madres, confiadas
con saber que iban al “cyber de la seño”, los dejaban estar, y sin darnos
cuenta empezamos a compartir juegos, trucos, apodos y estrategias para pasar
las tardes conectados. Organizábamos torneos, descargábamos programas,
compartíamos videos y sin querer queriendo terminábamos ayudando a Darío porque
le costaban las fracciones, a Jere porque se llevó Lengua, a María porque le
habían regalado un telescopio. Hoy lo pienso y me emociona, porque fue un
verano diferente, porque aprendían ellos y aprendía yo… porque aprendíamos
jugando y haciendo, porque las máquinas estaban llenas de información y los
chicos construían conocimiento: “Seño, ¿viste este programa que encontré para
armar videos?” “¡Salen olysmatemáticas!” “Seño ¿viste que hay instrumentos de música
en la web? ¿vos sabes tocarlos? Y así transcurrió el verano donde aprendí de tecnologías
más que en cualquier curso.
Pasaron los años, los alumnos, las canciones, las
teclas… pero nunca olvidaré aquel primer día de clases al regresar cuando los
chicos entraron al patio y fueron en busca de la seño “LadyEva”, la que seguía
jugando con ellos en internet y con la que querían cantar de nuevo.
relato nº1
Prácticas y residencias fuera de la ley; La didáctica
para el orden conservador
En este relato se reflexiona como las prácticas y
residencias docentes del Profesorado para la Enseñanza Primaria (PEP), no se
corresponden con las actuales políticas educativas para el sistema Educativo
actual. Para ello se parte de registros de observaciones de las clases de los
residentes en escuelas primarias de la Ciudad Capital de Santiago del Estero. Desde
Amos Comenius en una de sus celebres obras Le
monde sensible ilustré (1966), hasta
la actualidad las ilustraciones y láminas se utilizan en la escuela primaria
como soporte didáctico para el desarrollo curricular, y muchas de ellas
conservan el encuadre que se les dio en aquel tiempo. En estos recursos se
preservan intactos los rasgos esenciales atribuidos en el marco del sistema
sexo-genero, en la actualidad se los redistribuyo de acuerdo a las áreas
curriculares, pero ideológicamente se mantiene la cuestión esencial en torno a
la demarcación y contorno por genero. En estas ilustraciones se asigna al
genero masculino mayor preponderancia física, social, política, económica y
cultural que al femenino. A la hora de los desarrollos curriculares los
residentes ponen en estado de excepción la legislación vigente en torno a estas
temáticas, y se limitan a reproducir el discurso social-conservador al
respecto.
jueves, 25 de septiembre de 2014
Residencia en 6°C
En mi primer
período de residencia, tuvimos que trabajar en Prácticas del Lenguaje con
"el cuento policial".
Leímos "Un crimen casi perfecto" de Roberto
Arlt. Realicé la lectura en voz alta, me detuve antes de contar el desenlace. Y
comenzamos a hipotetizar quién había sido el asesino. Se entusiasmaron mucho
con esa actividad y desarrollaron hipótesis inimaginables.
Una vez leído el final del cuento (victoriosos aquellos
que habían adivinado correctamente), comenzamos el armado de una lámina en la
cual colocaron características de los cuentos policiales.
Además les entregué unos papeles con datos: un nombre,una
pista, un lugar, un objeto y un crimen. Con eso debían escribir sus propios
cuentos policiales. Luego de la
escritura del primer borrador, se intercambiaron los cuentos entre ellos para
corregirse, hacerse sugerencias o revisar si se entendía.
Los resultados no
fueron los deseados ya que las ediciones finales continuaron teniendo errores
en la coherencia y en la ortografía. Pero lo realmente valorable fue el
esfuerzo y las mejoras desde sus primeros borradores hasta la edición final.
Con sus propios cuentos policiales decidimos armar una
Antología que fue presentada en el Café Literario de la institución.
En
esas dos semanas de residencia armamos un vínculo enorme junto a los chicos,
realmente fue una experiencia muy linda de la que me llevo mucho.
lunes, 22 de septiembre de 2014
El inicio del nivel superior
El inicio del nivel superior
Me sucede todos los
años, la incertidumbre respecto de cómo dar inicio al ciclo lectivo, cómo
presentar el Taller de Oralidad, Lectura
y Escritura, qué decir para que los alumnos de primer año de un profesorado
puedan empezar de a poquito a captar la esencia de la formación docente, y a la
vez, hacer del espacio pedagógico un espacio de bienestar. Desde nuestro
espacio la presencia de un texto nos
auxilia siempre, por eso, acudí, una vez más, a esta valiosa herramienta
didáctica.
Y así, con más dudas
que certezas, me presenté el primer día con un fragmento de “Mi planta de naranja lima”, en primer
año del Profesorado de Artes en Música. En primer lugar observamos el título,
el autor, el título del capítulo, quienes no conocían la obra elaboraron una
hipótesis; les pregunté para qué leíamos.
Luego realizamos la lectura del texto y posteriormente una interacción; aparecieron en esta instancia recuerdos, sonrisas,
inquietudes, opiniones, dudas, preguntas, respuestas. Percibí también cierta
emoción en algunos rostros. Y al final, una propuesta de escritura y una
conclusión oral respecto de todas las posibilidades que nos brindaba la
lectura, que no se trataba solo de leer.
Siguieron en clases
sucesivas otros textos, un relato autobiográfico de un maestro rural formoseño,
una entrevista a una docente de nivel superior sobre la lectura y la escritura y
un texto explicativo, “La historia cultural de la lectura”. En cada caso reflexionábamos sobre las operaciones
que realizábamos, en muchos casos coincidían y en otros no, ahí fuimos
descubriendo particularidades de cada género, analizábamos los objetivos de
quienes escribían, el predominio de lo objetivo o lo subjetivo, el estilo, el
vocabulario, la trama textual, la ubicación en un contexto que podía a veces
llegar a ser determinante, la necesidad de subrayar o hacer anotaciones. Y
cuando reconocimos todo lo que hacíamos mientras leíamos, pudimos concebir la lectura como un proceso, no como una actividad mecánica, con
varias etapas que transitábamos en cada texto, y con operaciones concretas
tales como observar, imaginar, suponer, comparar, interpretar, seleccionar,
indiqué que se trataba de “operaciones
del pensamiento”, u “operaciones cognitivas”. Les expliqué que leer era una actividad compleja que involucraba diversas operaciones
mentales, asociadas la mayoría con procesos intelectuales superiores. Por último, les hablé de la importancia de
reflexionar sobre todo lo que realizábamos durante el proceso de lectura,
principalmente para establecer con qué estrategias nos podríamos manejar en el
momento en que surgieran obstáculos en la comprensión. Pudieron ellos comprobar
que habían partido de sus propias
prácticas de lectura para posteriormente llegar a los conceptos teóricos, y
que estos, indefectiblemente, se vinculaban; que la teoría sin la práctica no
tenía razón de ser.
Siempre me ha generado dudas e incertidumbres el inicio, y si bien en otras oportunidades he trabajado
de manera similar, este año me pareció mucho más significativa la tarea, por eso la decisión de compartirla.
Presentación Prezi Delfin
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